En la isla Huemul, ubicada en el lago Nahuel Huapi, frente a la ciudad de San Carlos de Bariloche, se desarrolló, en los años cincuenta, un proyecto sobre energía nuclear. El mismo fracasó y fue abandonado quedando como testimonio las construcciones inconclusas y en ruinas.Entre la pinaza ha quedado escondida
o tal vez dormite
la ambición soberbia
de dominio total.
Como siguiendo en éxtasis
el sonido de un rabel,
enredados en sus cuerdas,
los hombres llegaron a esconder sus secretos
en la isla del huemul.
Abrieron senderos entre gárgolas
por donde los cristales de nieve
regaban desde el tiempo eterno
bosques arcaicos.
El arrayán custodia al hombre de tres siglos,
penciles en armonía de colores
se acercan y cubren paredes de concreto,
sueños de grandezas.
Ruinas imponentes, bajezas humanas
cual taracea en suelo insular,
silenciosas, nos cuentan
las mezquinas quimeras
que el estallido nuclear,
más allá del horror destructor
se apodera del hombre.
Ilusión, delirio, engaño
o ciencia asombrosa de los nuevos tiempos.


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