3 litros de leche
1 Kg. de azúcar
Bicarbonato de sodio
Elementos:
1 olla
1 cuchara de madera
1 plato chico
Se necesitan muy pocas cosas para hacer un exquisito dulce de leche estilo colonial.
¡Qué receta! para chuparse los dedos.
Un peoncito lo acomodó en el catre de Juan Manuel para que lo esperara descansando y se alejó a realizar sus quehaceres.
Tomasa ya tenía lista su lechada con azúcar para el mate de leche así que se encaminó al cuarto del amo para avisarle, pero al entrar encontró al enemigo en la cama. Al propio diablo según los chismes de la casa. Huyó despavorida, como creyendo que éste se había comido a Juan Manuel, como el cuento de Caperucita Roja, que no se si ya se conocía por esos lares. Al regresar después de largo rato, cuando estaba enterada de lo acontecido, fue a la cocina y vio su lechada de un color marroncito y espeso, empezó a los gritos nuevamente y como la fábula de la Zorra y las uvas, nadie le hizo caso.
¡Pobre Tomasa!
Qué día tremendo.
Juan Manuel viendo que se acercaba la hora del desayuno, fue a la cocina y al ver ese tole tole, preguntó ¿y eso?, refiriéndose a lo que se encontraba en la olla, Tomasa le explicó entre sollozos y dijo que lo tiraría. Él se opuso porque era muy codito de oro, entonces tuvo la gran idea de probar un poco.
¡Ayayayayay!, ¡qué delicia!, expresó el tirano que allí tanto no lo era. Desde hoy lo harás siempre.
Todos comieron y el dulce de leche se instaló en todos lados.
¡Pobre Tomasa!
¡Qué grande sos!
Si ella hubiera recibido la receta por Internet no se hubiera asustado tanto.
Creo que ese día Juan Manuel de Rosas y Juan Lavalle, no discutieron, sólo saborearon el manjar.
Nelly Vicente
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