Ediciones AqL invita a integrar la séptima edición de Galería Poesías y Cuentos. Al igual que las anteriores la edición será por el sistema de cooperativa. El equipo editorial de ALGOqueLEER seleccionará el material recibido.

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viernes, 13 de febrero de 2009

1809, viernes 12 de junio / Mirta Serrano

Mariquita Sánchez. Óleo del pintor alemán Rugendas

[Fragmentos del largo, e investigado, cuento, de Mirta]

Paisaje
De este lado de la barranca, se abría paso la entrada a la quintazas rejas cerradas.
El balcón abraza la estructurados pequeños ángeles protegen la escalera que espera y conduce, el laberinto hasta la sala principal. Cuyo vitreaux, lucen imágenes sacras.
La casa, mezcla de ladrillo y adobe entre corredores proyectan como bendición el pórtico.
Al costado el parque enclaustrado que asoma y desde donde se apresuran los cuartos de los criados, y su cocina. En el ala central, el solitario aljibe. Y desde el fondo, las cocheras impacientes dialogan a la distancia con la pulpería, y el corral. El jardín forma el sendero obligado hasta llegar al inmenso ombú. El lugar es profundamente bello. A su vera, una calle muy oscura que une caminos.
Los dueños de la quinta, se encuentran ausentes. Han partido ayer para Buenos Aires.
En aquel rincón, el silencio es presa de la oportunidad. Detrás el río.Sereno. Constante. Cercano. Volvamos a aquel callejón...aquel paraje extraño, rodeado de sombras y silencios
Eternos. Un tajo peligroso que se va abriendo bajo la noche y su compás lacónico.
El lugar mantiene sobre sus espaldas la mala huella de algunas leyendas y algunas verdades. Como si los susurros despiadados, escondieran en algún movimiento torpe las señales. Esa calle demarcada por pisadas, que huyen buscando su destino.
Allí, en ese recoveco los actos prohibidos, lo triste, el espanto. El paraje de almas en pena.
El callejón de Ibáñez abrazado por la quietud. Nadie molesta a nadie. Conviven los vagos, los mal entretenidos, mujeres de vida airosa. Son gente de la zona. Viven cerca, pero nadie sabe donde. Tampoco interesa. Es la noche, con sus sombras que empujan a la calle indefinida donde la tierra, esa tierra mal alineada se encuentra imperceptible. Total, el paredón de la quinta oculta con la perfección de su belleza, la línea efímera. De pertenecer a la sociedad, y el no ser nadie. Creyendo encontrar retazos de ilusiones.
A lo lejos el horizonte se ha poblado de esos ecos dormidos. Carentes de almas.
Gritos, suplicas y gemidos. Todo vale en ese rincón oscuro y olvidado. Donde los carruajes transitan ignorando los demonios. Se pueden dirigir hacia la gran ciudad, que se va adivinando entre Buenos Aires y los quintales de San Isidro.
Con los primeros soles que emergen, las figuras deformadas por enigmas, vuelven a desaparecer.

Ayer
Después de todas las penurias que había transitado María Sánchez Velazco, al no permitírsele casarse con su gran amor: Martín Thompson...sus padres, siendo ella hija única pretendían que uniera su vida a la del capitán Diego del Arco. Hombre mucho mayor que ella y a quién detestaba.
[…]
Allí enredaba su vida apacible y sus fantasmas a los que encontraba cada noche, cuando pensaba en su amor. Espejos que la miraban desolados en ese cuarto grande. Al recoger su vestido, para llegar bajando algunos escalones, a la barranca, ella era todo un misterio. El río manso le devolvía el recuerdo constante de su Martín. Sentada desde el estrado, su mirada volaba en las horas felices, cruzando atrevida la mirada de aquel rostro bello. A veces le parecía escuchar entre las hojas del gran árbol, ese, cerca del aljibe, un susurro persistente. Creía reconocer una voz que le indicaba, detrás del río, la presencia de alguien indefinido. Fantasmas solitarios en noches cubiertas de enigmas, abrazando su espalda mientras ella se balancea en sueños. Entre sudor y fuego. Noctámbula, espera. Que todos los de la casa duerman. Fingiendo que ella también duerme, apaga, sin despertar sospechas de sus pasos, siempre la última llama del candelabro Así, dolida, sentía que se iban apagando sus esperanzas...

Fantasmas – Enero 1809.

Fue en 1805.Martín Thompson había vuelto a Buenos Aires.
Alguna mano amiga y un juicio de disenso, otorgado por el mismísimo virrey Sobremonte, se pudieron casar. Vivieron en al calle del Empedrado.
Pero eso no le opacaba las visitas a la casa de San Isidro. Donde Doña Magdalena debió aceptar que su pequeña hija, ya era una señora y debía compartirla.
En esa casa que ella amaba tanto, pasaba Mariquita y Martín grandes temporadas.
Pero hace unas cuantas noches se despierta sudada. Sueña y sufre en un sueño sin sentido que le provoca algún que otro dolor de cabeza, por la mañana estando lúcida supone, un poco contrariada que es un mensaje. Y no se equivoca. La figura se incorporó como una esfinge. Posee rostro sereno, que invita a algún recuerdo. Debe descubrir a cual.
Mariquita se sobresaltó. Descubrió que era una jovencita bella y en su sueño, del cual no despertaba y deseaba hacerlo le mostraba un paraje. Oscuridad El río y nada.
Mariquina se despertó. Transpiraba. Su marido la abrazó, intentando volverla a hacer conciliar el sueño. Se recostó con los ojos abiertos. El cansancio la venció.
[…] El destino la puso a prueba una vez más.

Castigo – Enero 1801
El negro Bonifacio Calixto Silva tuvo un sueño horrible. La figura de una muchacha de piel muy blanca, fina. De ropa elegante y el cabello rizado terminando su peinado en un alto moño color rojo. Rojo, pensó en sangre y se despertó temblando. Saltó de su catre y enseguida pensó a quien contarle esto. ¿Lo debía guardar como secreto?
El no había matado a nadie todavía. Sí, robar robó. Para sobrevivir. Porque era una de las pocas cosas que sabía hacer bien. En este sitio extranjero y sin demasiadas oportunidades para él. Él no era esclavo. Podía vivir escondiéndose.
[…]
En cuanto a las cosas que había hurtado de la iglesia, se había deshecho de ellas en el Bajo del Socorro. Bonifacio fue a dar por un tiempo a la cárcel. Donde pasó una breve estadía.
Cuando salió, le consiguieron trabajo como “puestero de pregonero público y ejecutor de justicia.”Es decir, en sencillas palabras: verdugo.
Esta designación le dio a Calixto cierta libertad. De sus propinas, fue pagando parte de sus robos. En sus tiempos libres compraba y decidía los comestibles a los reclusos.
Se había transformado. Se fue ganando la confianza y se fue haciendo popular.
Aunque seguía viviendo en el rancho, un poco más acomodado, ya no delinquía.
Pero si ahora se portaba bien, ¿por qué volvía de modo recurrente ese sueño, el de la muchacha?

En el campo santo – Mayo 1809

El día 12 amaneció lluvioso. Un día afortunado o de tristeza. Depende de cómo se mire. El pueblo de San Isidro supo de la muerte de Don Francisco Antonio Velásquez Bermúdez. A causa de un ataque al corazón. Era un viejo comerciante, siempre donaba de su negocio a los necesitados. Era un personaje muy querido. Mariquita y su familia se dieron cita en el campo Santo cercano. Allí se encontraron las familias porteñas más encumbradas. El padre Márquez Y algún otro miembro del cabildo. Todos se dieron cita para despedir en este homenaje a un gran hombre, que había contribuido con la causa de las invasiones inglesas. En su chacra había protegido a las tropas de Liniers el 12 de agosto de 1806. Y había donado grandes partidas de cosechas para las milicias.
El negro Bonifacio también estaba allí presente como representante de justicia.
[…]
Martín Thompson volvía por ella. Intentando atravesar la reja de entrada con dificultad, por la que la gente ganaba el aire. Ella habló en voz alta, para ser oída:
—Lo espero esta tarde a las 5. Así vemos que hacer por sus ratos libres.
—Allí estaré –fue la breve frase que se vio pequeña en la boca de ese cuerpo gigante.

Encuentro
[…]

Viernes 12 de junio 1809
[…]
A las 12 de la noche, de manera puntual apareció una figura. Bien nítida.Bella.Perfecta. Era el sueño convertido en presencia. Emergió de la nada. Era la muchacha. Esta vez sonreía. Los caballos, se movieron nerviosos. La figura no era sólo imaginación de ellos.
Mariquita creyó reconocer en esa cercanía a la mujer. Era alguien que existía.
Pero su presencia había aparecido ante ellos por algo. Recordando supuso: La habría conocido, quizá en alguna fiesta. Sí, en alguna ofrecida en la calle Larga. Hace mucho tiempo atrás.
La muchacha se dirigió al río. ¿Sería una despedida? La pareja dentro del carro, miraba hacia fuera desolados. .Como si se hubieran conocido desde siempre.
[…]
¿Por qué en ese sitio? ¿Qué huellas habría en esa casona? Sólo el eco fue la respuesta en la misteriosa noche.

Almas amigas
Mariquita dormía. La noche anterior había sido larga. La campanada de la iglesia la sobresaltó. Se dio cuenta que no había soñado. Eso era una señal.
Recordó, recostada aun la figura. Se levantó y corrió a la alcoba de su madre. No la encontró. Estaba en la sala junto a los nietos. Inocentes criaturas que jugando pasaban las horas. Rato más tarde propuso, añorando algunas reuniones a las que había asistido con su padre en Buenos Aires. Y describió a la mujer de los sueños. Gestos, poses.
Hasta que la madre dijo lo que ella esperaba oír. La verdad en los labios con un nombre.
[…]

Después, en el mañana 18...
[…]
Mariquita, recién pudo ser poseedora de la quinta de San Isidro. Luego de la muerte de su madre. Y allí, en aquellos salones en famosas tertulias, albergaría lo mejor de la sociedad porteña. Martín, un poco con ella. Luego partió hacia la mar y hacia la locura.
Años después será por poco tiempo esposa de Mendeiville. Y luego será ella sola con ella. La gran Mariquita Sánchez de Thompson que transcenderá los tiempos.
Durante años se ha escrito con Felicia.
A Mariquita tampoco los sueños le han regresado. Ignoran que ha cambiado un destino trágico.
Pasarán...batallas, cambios importantes en este Buenos Aires. antiguo, misterioso y secreto.
Y los sueños...en su mensaje solemne nos indican, ah veces el destino de las almas.
Es el tiempo convertido en arena. Donde los fantasmas regresan para concluir su destino.

martes, 10 de febrero de 2009

¿Qué opina...?

La entrada que antecede a ésta, por equivocación fue acompañada con una imagen de un gaucho, y no de un indio –pampa, más exáctamente– como claramente dice el buen poema de Ana María. Ahora bien, por otro lado, la propia autora manifiesta sus dudas en cuanto a que el poema deba ir en la parte específica de Historia, considera que debería estar en la sección más general de la antología, en Vida. Ya que, bien dice, se remonta más atrás de la Historia Argentina... Respetando la válida opinión de Ana María, les preguntaría a ustedes, que están leyendo esto ¿es así? ¿este poema, por su tema, debemos dejarlo fuera de la Historia... del camino del Bicentenario, o debería estar dentro de Historia? ¿Por qué?

lunes, 9 de febrero de 2009

1800 - Con alma y vida // Ana María Díaz Velo

Él,
que sigue a su presa
días enteros
hasta rendirla de cansancio
no sintió miedo al verlo,
no fue suyo el espanto
al escuchar el golpe
sonoro de los cascos.
La visión del jinete
trastornó sus certezas,
el sudor de hombre bestia
le amotinó la sangre
y en la espiral del tiempo
creyó ver al Centauro.
Indio pampa
.....................habitante primero,
rebelde y hosco porque
no entró en el juego
por propia voluntad,
.....................lo doblegaron.
Y cedió a su mujer
se malogró en las minas
fue torpe encomendado
un desleal flechero,
perdedor en la mita.
Amo fiel de su instinto
convenció al animal
y los dos fueron uno,
hombre y corcel
sueltos en su albedrío,
.....................puros.
La madrugada fría
se destila en la tierra,
disparan fuego y muerte
los fusiles,
silba en el aire
el derrotero de las flechas,
gritos y acometidas
choque triste de razas,
ayes y sangre y polvo
amargamente danzan.
Montado en su inconsciente
desafía al invasor,
el cuerpo cobre oscila
por los flancos del potro,
horizontal abrazado a su cuello
mimetizado con su pelaje áspero.
Quirón americano
libre siempre ..........y después,
cuando el plomo certero
te muerda el corazón
y el otro corazón,
.....................el de la bestia
galope al horizonte
hasta perderse en la mirada;
desmantelada sombra
en la lisura agreste de la pampa
que amanece incendiando
por el río del agua.

jueves, 5 de febrero de 2009

1811, 25 de enero - Muerte demorada / Adriana Dellorefiche

Mariano Moreno Murió en altamar el 4 de Marzo de 1.811
He aquí otra historia…
AED


La cabalgata en el mar de su bravura
traición a fuego y dolor desde la orilla,
fue un simulacro de huida y reencuentro
entre la bruma del puerto y su destino.

Enemigos desvelados no pudieron
sembrar la muerte en su arrebato ilustre,
venció la pena del norte desahuciado
y el estupor en vértebras de duelo.

Amalgamada con bronce y esperanza
el agua mansa, escolta de milagros,
recuperó en remolinos la osadía
de su estirpe de rebelde enamorado.

Permaneció de pie su cuerpo urgente
y el alma inmensa de fiel sobreviviente
acompañó su ilusión hasta el espejo,
y en el recuerdo del mar se vio distinto.

Como los barcos de la melancolía
ancló en la dicha del ser recuperado,
envejeció despacio entre palabras
y celebró su muerte demorada.

1950 – Isla Huemul / Nina Pedrini

En la isla Huemul, ubicada en el lago Nahuel Huapi, frente a la ciudad de San Carlos de Bariloche, se desarrolló, en los años cincuenta, un proyecto sobre energía nuclear. El mismo fracasó y fue abandonado quedando como testimonio las construcciones inconclusas y en ruinas.

Entre la pinaza ha quedado escondida
o tal vez dormite
la ambición soberbia
de dominio total.
Como siguiendo en éxtasis
el sonido de un rabel,
enredados en sus cuerdas,
los hombres llegaron a esconder sus secretos
en la isla del huemul.
Abrieron senderos entre gárgolas
por donde los cristales de nieve
regaban desde el tiempo eterno
bosques arcaicos.
El arrayán custodia al hombre de tres siglos,
penciles en armonía de colores
se acercan y cubren paredes de concreto,
sueños de grandezas.
Ruinas imponentes, bajezas humanas
cual taracea en suelo insular,
silenciosas, nos cuentan
las mezquinas quimeras
que el estallido nuclear,
más allá del horror destructor
se apodera del hombre.
Ilusión, delirio, engaño
o ciencia asombrosa de los nuevos tiempos.

Costo. Calidad. Confianza.

Fundada en 1998, más de 100 libros editados, más 60.000 ejemplares impresos...
...Tantos números para describir a una editorial en la que lo que más importa son las palabras y las personas que están a ambos lados de las mismas... tras ellas: usted, autor y frente a ellas: usted, lector.